¿Qué es la custodia de criptomonedas?
Introducción a la custodia de criptomonedas
- Custody is a state of being under control, guardianship, or protection
- Crypto custody refers to the method used to protect cryptocurrency by storing the private keys associated with a cryptocurrency wallet
- There are multiple forms of crypto custody — each with their own unique benefits and tradeoffs
- Both independent and third party, as well as online and offline options, are available to help custody cryptocurrency and secure your digital assets
En el mundo de las finanzas tradicionales, la custodia se refiere a los servicios que ofrece un banco o institución para gestionar y proteger el efectivo o los valores de un cliente.
Los custodios financieros protegen las inversiones, intervienen en las transacciones y se aseguran de que los tributos correspondientes a las ganancias se declaran correctamente.
En la industria de los activos digitales, la custodia se refiere a los diferentes métodos usados para proteger los criptoactivos.
Este proceso de protección de los criptoactivos puede realizarse de forma independiente por una única persona, parcialmente con la ayuda de otros usuarios, o gestionarse en su totalidad por un servicio profesional externo.
A la hora de elegir entre diferentes tipos de soluciones de custodia de criptomonedas, es importante comprender cómo funciona cada opción, así como sus beneficios, riesgos y ventajas.
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¿Qué relación tienen las claves privadas con la custodia?
Es importante entender que, a diferencia de un monedero que almacena su dinero en efectivo, su monedero de criptomonedas no almacena realmente su criptomoneda. En su lugar, su cripto se encuentra permanentemente en la blockchain.
Lo que se almacena realmente en su monedero de criptomonedas o en el monedero custodio asociado al exchange de cripto es un conjunto de claves privadas.
Las claves privadas son un código alfanumérico usado en criptografía que funciona de forma similar a las contraseñas.
Tanto las claves públicas como las privadas consisten en una larga cadena de letras y números que permiten demostrar la propiedad de los fondos guardados en un monedero de criptomonedas. Piense en sus claves públicas como un número de cuenta bancaria o un nombre de usuario que puede compartir con cualquiera.
Por su parte, las claves privadas son similares a su PIN o contraseña. Estas claves privadas le permitirán en última instancia acceder a sus fondos y, por ello, nunca debe compartirlas con nadie.
Las claves privadas sirven para firmar digitalmente las transacciones y autorizar las transferencias. Esta firma digital comunica la propiedad de sus criptoactivos a la red de blockchain, sin revelar los detalles de sus claves privadas.
Siempre que sus claves privadas estén seguras, su cripto estará a salvo. En definitiva, la forma que elija para proteger sus claves privadas será lo que defina su método de custodia.
Si desea saber más sobre las claves privadas, la criptografía y la tecnología que impulsa las criptomonedas, puede consultar nuestro artículo del Centro de aprendizaje ¿Cómo usan la criptografía las criptomonedas?
¿Cuál es la diferencia entre el almacenamiento en caliente y en frío?
En términos generales, las soluciones para proteger sus claves privadas pueden dividirse en dos categorías: almacenamiento en caliente y en frío. Independientemente del sistema de custodia que elija, sus claves privadas se guardarán en uno o en ambos tipos de monederos.
El almacenamiento en caliente se refiere a las soluciones de autocustodia que permanecen conectadas a Internet. Estos monederos de software le permiten realizar transacciones online e interactuar con diversas plataformas de exchange y aplicaciones descentralizadas (DApp).
Sin embargo, al estar conectados a Internet, los monederos calientes pueden ser más susceptibles a los intentos de pirateo que sus homólogos de almacenamiento en frío. También pueden tener el acceso limitado por restricciones geográficas impuestas a través de la dirección IP de su dispositivo.
Las soluciones de almacenamiento en frío mantienen sus claves privadas totalmente offline y, por lo general, se consideran la forma más segura de almacenar sus criptoactivos. Las transacciones realizadas con soluciones de almacenamiento en frío se firman de forma local, lo que las hace mucho menos susceptibles de ser hackeadas.
Los monederos de hardware son una solución de almacenamiento en frío disponible para los consumidores que desean asumir la plena propiedad de sus criptomonedas. Muchos exchanges de criptomonedas también mantienen los activos de sus clientes en almacenamiento en frío para aumentar la seguridad de su plataforma.
En última instancia, la protección de sus claves privadas viene definida por su acuerdo de custodia y sus opciones de almacenamiento. Las opciones que elija dependerán de su tolerancia al riesgo y del grado de responsabilidad que decida aceptar.
¿Cuáles son los diferentes tipos de custodia de criptomonedas?
Autocustodia
Muchos usuarios consideran que la criptomoneda y la tecnología de blockchain les otorgan un nivel de independencia financiera sin precedentes. Las criptomonedas como el bitcoin están descentralizadas y no están controladas por ningún Gobierno, empresa u otro intermediario. Por tanto, cuando una persona es titular de una criptomoneda, puede mantener un control total sobre la forma en que decide conservar ese activo.
Cuando un tercero custodio de criptomonedas, como un exchange, mantiene sus claves privadas, en última instancia él es el responsable de controlar su cripto. Mientras estas instituciones tengan el control de su cripto, sus activos pueden estar sujetos a restricciones normativas o correr el riesgo de ser robados por fallos de seguridad.
De ahí la popular expresión "si las claves no son suyas, tampoco lo son las monedas", que sigue siendo un mantra en la autocustodia de criptomonedas.
Cuando un usuario asume la custodia total de sus propias claves privadas, sabe que solo él controla sus activos. Gracias a este grado de control total (y responsabilidad), consigue alcanzar la independencia financiera a través de las criptomonedas.
Por supuesto, este grado de responsabilidad a la hora de gestionar la independencia financiera tiene sus dificultades. Al igual que si se deja el monedero en un bar es probable que pierda el acceso a esos fondos, si pierde sus claves privadas ocurrirá lo mismo con sus criptomonedas. En la tarea de autocustodiar cripto, no existe un número de teléfono al que pueda llamar si comete un error y es muy poco probable que consiga recuperar sus fondos.
Además, cuando los activos se custodian de forma independiente, ningún exchange o intermediario puede protegerlos y no hay ninguna vía de recurso para las pérdidas que se produzcan por un error suyo.
Para muchos usuarios, el grado de responsabilidad requerido para custodiar de forma segura sus claves privadas puede resultar un poco abrumador. Por ello, han surgido soluciones de custodia alternativas.
Custodia parcial
Las soluciones de custodia parcial dividen la responsabilidad de proteger las claves privadas entre varias partes. Este método de custodia es útil para mantener cuentas conjuntas en las que varios usuarios tienen acceso a la misma criptomoneda.
Dos soluciones conocidas de custodia parcial disponibles son las tecnologías de firma múltiple (multifirma) y de computación segura de múltiples partes (MPC).
Firma múltiple (multifirma)
En la criptografía estándar, la firma la crea un único individuo o entidad para demostrar la autenticidad e integridad de un mensaje o transacción.
Con la multifirma, un grupo de individuos o entidades tienen cada uno sus propias claves privadas. En lugar de requerir una única firma para aprobar una transacción, los monederos multifirma requieren al menos dos claves para firmar transacciones en una red. Los titulares de activos suelen configurar monederos multifirma que requieren que 2 (de 3) o 3 (de 5) claves privadas coincidan antes de aprobar una transacción.
La multifirma trata de garantizar que no haya un único punto de fallo y que ninguna parte tenga el control total de los fondos. Por ello, la custodia multifirma es especialmente habitual entre las plataformas centralizadas que tienen varios cofundadores supervisando grandes reservas de activos.
Imagine la cámara acorazada de un banco que requiere tres llaves diferentes para abrirla, y tres de los gerentes del banco tienen cada uno una llave. Para abrir la cámara acorazada y acceder al contenido, al menos dos gerentes deben girar sus llaves al mismo tiempo. Este sistema impide que un solo gerente acceda a la cámara acorazada.
Computación segura de múltiples partes (MPC)
A diferencia de la multifirma, la MPC segura distribuye la función de una clave privada entre distintas partes.
Cada parte posee sus propios datos de entrada privados, pero el objetivo final es ejecutar una función que requiere las entradas conjuntas de todas las partes. Las partes no se revelan unas a otras sus entradas individuales. Pueden conseguirlo gracias a los protocolos de MPC, ya que permiten el cálculo sobre datos cifrados o compartidos en secreto.
Durante el proceso de MPC, cada parte contribuye con su aportación al cálculo, pero no obtiene ningún conocimiento de las contribuciones de las otras partes. Cada parte conocerá únicamente el resultado del cálculo, ya que las aportaciones individuales permanecerán ocultas.
Al igual que con la multifirma, un número predeterminado de claves compartidas deben confirmar una transacción antes de que el sistema la firme y la valide. Ahora bien, la forma en que señalan la aprobación de esa transacción es diferente.
Imagine que un día quiere hacer un pastel con sus amigos, pero cada uno tiene un ingrediente secreto que quiere aportar. Cada uno puede depositar su ingrediente secreto en una caja cerrada que va dentro de la MPC. La MPC actúa como una caja mágica que mezcla los ingredientes de todas las cajas sin que nadie vea lo que había dentro de ellas. En su lugar, solo muestra los ingredientes combinados en forma de pastel terminado y horneado.
A diferencia de la tecnología multifirma, la MPC segura funciona totalmente al margen de la cadena. La MPC segura mantiene los detalles de su acuerdo de custodia parcial (como los aprobadores necesarios para ejecutar una transacción) protegidos de otros usuarios de la blockchain.
Custodia por terceros
En los acuerdos de custodia por terceros, un usuario confía en un custodio cualificado independiente para que asuma el control de las claves privadas asociadas a sus activos digitales. Aunque no siempre son "custodios" según la definición financiera tradicional, las plataformas centralizadas de criptomonedas como Kraken cumplen la función de terceros custodios cuando los clientes deciden mantener sus activos en la plataforma.
Los bancos custodios y los gestores de activos digitales son otros tipos de terceros custodios. Sin embargo, estos servicios atienden principalmente a inversores institucionales que requieren servicios más personalizados y controles corporativos, al tiempo que protegen sus activos digitales.
Permitir que un tercero custodie sus claves privadas tiene múltiples ventajas e inconvenientes. Muchos usuarios nuevos de criptomonedas valoran la facilidad de acceso que ofrece un acuerdo de custodia por terceros.
Una vez eliminada la importante responsabilidad de la autocustodia, los usuarios pueden operar y transferir más fácilmente activos digitales entre plataformas sin tener que transferirlos primero desde un monedero de criptomonedas personal. Muchos terceros custodios también pueden ofrecerle un seguro sobre sus tenencias de criptomonedas en caso de que se produzca un ataque.
No obstante, como en última instancia es el tercero quien gestiona sus claves privadas, el custodio es quien tiene el control efectivo de sus monedas. En algunos casos, este podría optar por limitar sus transacciones, congelar sus fondos o incluso bloquearle el acceso a su monedero. Los organismos reguladores internacionales también podrían pedir al tercero que tome estas medidas. Además, si el tercero se declara en quiebra, usted también podría perder todos sus fondos en el proceso.
Cómo elegir la custodia de criptomonedas adecuada
La protección de sus claves privadas viene definida por su acuerdo de custodia y sus opciones de almacenamiento. Las opciones que elija dependerán de su tolerancia al riesgo y del grado de responsabilidad que decida aceptar.
Básicamente, los factores a tener en cuenta son la seguridad y el control por un lado, y la accesibilidad y la comodidad por otro.
Si bien la autocustodia puede ser la opción más segura para algunos usuarios, la enorme responsabilidad de ser la única persona capaz de acceder a sus fondos puede ser una carga demasiado pesada.
Por su parte, cuando alguien permite que otras personas intervengan en el control de su criptomoneda, está renunciando al control en aras de la comodidad.
En función de cuáles sean sus objetivos con las criptomonedas, pueden resultarle apropiados diferentes métodos de custodia.
En el caso de aquellas personas que desean operar activamente con sus criptomonedas, la custodia por parte de terceros puede ser la opción más eficaz. Sin embargo, si desea mantener sus criptomonedas a largo plazo, la autocustodia puede ser la solución más segura.
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